Las quince láminas de este pequeño libro de cocina son otras tantas expresiones del poso que dejó en mi memoria la visión de las películas de Luis Buñuel.
Por un momento me he trasladado a la imaginación del cineasta y he dejado que ésta volase dentro de él haciéndole la siguiente pregunta:
-Luis, ¿cómo harías un libro de cocina? ¿Cómo elaborarías una receta que alimente,…lo que tú desees comer?
-Muy sencillo, me contestó Buñuel. Metes en una coctelera bastante religión, erotismo, realidad, buenas dosis de humor, sueños, política y mucho sexo. Agitas bien, tiras el contenido por la ventana y la rellenas con algo de Martini, hielo y mucha Ginebra. ¿Te gusta?
-Me encanta.
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