Tokio, Restaurant Auguille, Junio del 2003.
El plato, brochetas de higado de anguila,…sencillamente, una esquisitez. Maceradas en una salsa de soja, con grasa de la propia anguila,y más cosas que no nos confesaban. Lo que sí, nos contaban, era que la salsa tiene más de cien años. Nos decían que en la época de la guerra, lo primero que ponían a buen recaudo de los bombardeos,…era la salsa en cuestión.
Tenías que llamar para reservar las brochetas. Estaban contadas y muy demandadas.
La compañia, aparte de los dueños del Rte, fueron, mi inseparable Igor Zalakain, nuestro buen amigo Christoffe Brunet, representando entonces a nuestros amigos de Vinos Torres y nuestra tokiota amiga, Kanako Teshigawara. Una noche inolvidable.
El plato que veis a continuación es la propia anguila, macerada, asada y acompañada por Wasabi y caviar. Nos lo presento como experimento, y no se equivocaba.