Fue un plato que partía de una premisa muy seductora. Nos habían pasado un elemento que por si solo brillaba con luz propia. Y nunca mejor dicho, porque el toque metálico que tenía el colorante que estábamos utilizando daba una dimensión muy diferente de todo lo que habíamos usado hasta ahora. Color metálico de bronce. Sus irisaciones y brillos hacían que el plato fuese espectacular por si mismo. Tenia un problema añadido, muchos colegas lo habían recibido a la vez y hubo un momento que podías encontrar cosas hechas con bronce en varias restaurantes a la vez.
Pero eso no nos preocupo. Dimos un giro inesperado y vestimos de bronce una cosa que en principio era la más sencilla. Trabajar con una cebolla. Algo tan sencillo como realmente divertido.
Cocer en agua una cebolla. Con ayuda de un triturador hacemos una pasta levemente espesa. Para esto nos ayudamos con algo del caldo de la cocción de la misma. En este momento añadimos algo de color de bronce, o cualquier otro color, rojo o nada (y nos quedara levemente transparente), pero este metálico era especialmente espectacular. Estiramos fino y dejamos secar. Pasados varias horas lo rompemos en formas irregulares y lo horneamos o lo freímos a baja temperatura, consiguiendo una capa dorada con un sincero sabor,…a cebolla.
Algo tan sencillo como sabroso.
En la duda de crear un plato con muchos elementos opta por simplificarlos. Ganaras en visión.
En la disyuntiva de jugar con muchos colorines es mejor hacerlo solo con dos.
Cuando no termines de decidirte por como disponer varios productos quita algunos y veras como se aclara el panorama.
Ejercitarse en hacer platos con un solo elemento estimula la imaginación.
Eso es lo que intentamos nosotros. A veces lo conseguimos otras veces no,… tanto. Pero así es el juego.
¿Y el sabor? Esto se le supone porque si no, no hacemos nada.
En este caso en concreto es una mísera cebolla que vestida así parece algo.
Espectacular… parece la piel comestible y metalizada de una cebolla blanca… vale… yo tengo la necesidad de retroceder varios pasos… olvidándonos un instante de con qué color queremos pintar el ferrari… la cebolla se usa para casi todo en la cocina, para hacer casi todas las salsas y acompañar casi todos los platos, luego, esas finas laminas podrían saber a cualquier salsa que lleve cebolla. Otra cosa, se pueden hacer este tipo de laminas con cualquier producto ? Espárragos, alcachofas, puerro, uvas, ciruelas … trituradas y secadas ? O solo funciona con la cebolla… Tras triturar el producto y hacer la papilla… no hay que añadirle ningun harinoide o gelificante para que la lamina quede homogénea, cohesionada y no se quiebre a la primera ? Realmente me imagino la papilla de cebolla y tiene todo el aspecto de ser como una papilla de celulosa, para bañar una placa repetidas veces en esa celulosa y al secarse conseguir una lamina de papel. Qué mas inventaron los chinos o los egipcios que se pueda aplicar a la cocina…
Con lo que mejor sale es con la cebolla. Se puede hacer con más cosas pero el resultado no es el mismo. En ningun caso necesita almidon, ni harina