Cuando generas un plato nuevo lo visualizas como en un pequeño túnel. Este fue claro desde el primer momento.
El plato de las latas ya tiene años. Genera polémica porque visualmente es impactante. Lo hace porque se basa en la utilización global de todo un producto. Se utiliza su soporte y su interior. Ambos se destruyen, se consumen, en todos los sentidos. La comida genera devastación para crear vida. Y la lata rota, aplastada, se alza como soporte de una lámina de mango envolviendo un relleno cuyo ingrediente básico es la propia tónica que yacía en su interior. La muerte genera vida. El ciclo debe mantenerse.