RENUEVA TUS RECETAS DE SIEMPRE Editorial Everest
Observa la imagen,….¿Puedes crear un plato con ella?
La creación de la creatividad.
Si pensamos que crear se puede hacer desde la individualidad, es verdad.
Si creemos que se puede construir desde el colectivo, también lo es.
Si opinamos que se puede crear desde la ignorancia es verdad. Pero también es verdad que es más fácil hacerlo desde el conocimiento.
El conocimiento nos hace libres y la libertad, como bien decía Miguel, es el bien más preciado.
Y puede hacerlo cualquier persona. Repito, cualquiera de los millones de almas que poblamos este atestado mundo. Es una cuestión exclusivamente volitiva.
Y para ello no se necesita nada en particular. Simplemente ser persona, con eso es más que suficiente. Y en la verdadera innovación, la autentica, ni siquiera es necesario tener la voluntad de innovar. Esto es lo más genial. Puedes hacer, crear, sin ser consciente de ello.
Podemos innovar por diversión, por trabajo, por casualidad, por obligación, por obsesión, por enfermedad, por competición, pero la más divertida es hacerlo porque sí. Porque el cuerpo te llama a hacerlo sin más reflexión que la sensación mezcla de pasión, curiosidad y placer que tu cerebro te aporta.
Aunque digamos lo contrario, crear, innovar, son engaños en sí mismos dependientes de parámetros de muy fácil definición, porque en realidad son erróneos.
No me creo lo que predico. La innovación es algo más visceral que todo lo que nos obligan a contar.
No me cuentes historias sobre observación, experimentación, creatividad, reflexión con más individuos para que haya una retroalimentación. No me interesan.
La creación, la innovación esta en tu interior y lograr esquematizar ese proceso no es más que obligarlo a su propia autodestrucción.
Crear un plato es tan volátil que incluso podemos cuestionar el hecho mismo de que pueda ser comido. Podemos poner en tela de juicio hacerlo. Y eso lo podemos hacer porque no existen normas para crear. Y en caso de que las hubiera tendríamos la obligación, la necesidad imperiosa de destruirlas.
No existe una cruz que marque el camino por la sencilla razón que este no existe fuera de ti. No existe más allá de lo que tú puedes originar desde dentro.
Tú no eres una persona aislada del mundo. No estás en la punta del monte sin más estímulos que tu pequeño micro mundo. Te influencia vivir. Relacionarte con más personas, recibir información de cualquier pequeño resquicio. Con eso es suficiente para crear.
Incluso en el hipotético caso de que fueras un eremita, también te influenciaría la cueva donde vives, el fuego que haces para calentarte, la brisa de la montaña, la niebla, los arboles.
Pero nunca puedes esquematizar ese proceso porque hacerlo en sí mismo es una falacia, un engaño.
Déjate llevar. Eres una persona creativa o no, innovadora o no, igual igual que los millones de personas que habitamos este mundo porque tienes las mismas herramientas que ellos, dos ojos, dos manos, un cerebro y estás vivo.
Por eso contradícete y observa, experimenta, crea.
foto de árbol guillotinado
A lo largo de la historia ha habido genios. Todos sabemos de personas cuya existencia ha supuesto una revolución (social, cultural, etc). La mayoría de las personas no somos genios y, la sinergia desarrollada al relacionarnos con otros, nos beneficia más de lo que creemos.
Ser un genio no es lo más normal y, por supuesto, quien lo sea, no puede esperar el reconocimiento de las masas; por lo menos, no el reconocimiento instantáneo.
Por otra parte, creo que el conocimiento es esencial para el desarrollo y saberlo hacer llegar a los demás también.
En cuanto a la razón: muchas actos han podido ser razonados previamente y muchos otros no tienen explicación racional ni a posteriori.
Espero con ganas al Xabier de EL BOSQUE CULINARIO o, mejor dicho, la evolución a mejor de aquella persona que me ayudó a crecer como persona y como profesional.
Los libros no son mas que un medio para expresarse. No me considero un genio, mas bien, como lo defino en el libro Harina y arena, ingenioso, vamos, que veo con rapidez el lado gracioso de las cosas que suceden a mi alrededor. El Bosque fue irrepetible, menos mal, claro, despues, vinieron el Asfalto, Cine y Harina y en cada uno intentamos contar cosas y llegar al corazon de personas. El nuevo libro me da unas posibilidades muy grandes y estoy contento de poder hacerlo asi. Editar libros en los que se cuenta algo, por desgracia, no se puede hacer siempre. Los tienes que intercalar con libros de recetas que son los que se venden. Pero incluso en estos últimos, intento contar algo mas que recetas. No siempre lo consigo, es normal, no siempre salen las cosas como uno quiere. Pero si te dire una cosa. Ponemos la misma ilusión y trabajo en cada uno de ellos.
Por cierto, tienes un nombre muy bonito,…nubes rojas,….descriptivo y sugerente.