Veraniego y sencillo. El dulzor de la sandía hecha a la plancha en forma de cubo y dorada por dos partes. El cuerpo de la sardina, bien limpio de espinas y sobre todo escamas, sumergido 15 minutos en vinagre. Despues otros 15 minutos en AOVE Dominus. Y la cabeza aplastada y frita durante 30 minutos a 90ºC en aceite de oliva.
¿Cómo la comemos?. Primero el crujiente de la cabeza, después el cuerpo carnoso y tierno para acabar con la sandía que nos dara un toque dulce y a la vez refrescante, sin olvidar un leve crujiente, no tan fuerte como el de la cabeza del pez pero sí curioso.
Las superfotos, de mi retratista preferido, el bilbaíno Mikel Alonso.